En 1966 Joaquim Carbó escribió uno de los long-sellers de la literatura juvenil catalana,
La casa sota la sorra. Al año siguiente, con excepcionales dibujos de Madorell, se publicó la versión en cómic en
Cavall Fort, luego recogida en álbum en Anxaneta y mas tarde publicada en español por Oikos-Tau. La aventura sorprendia por su contenido entre policíaco y político, por su temática más bien adulta y por el dibujo exquisito de Madorell, heredero directo de Hergé. En el álbum, el héroe, Pere Vidal, se hará amigo de un joven africano, Henry Balua y vivirá una serie de aventuras luchando contra injusticias políticas. Si nos fijamos en las fechas,la coincidencia con
Les naufraguers es notable, pues esta aventura se publicó por primera vez en
Pilote entre octubre del 66 y abril del 67. No hubo pues influencias -aunque la fascinación por los barcos mercantes quizás arranca de
Stock de Coque (1958). En todo caso, esta curiosa coincidencia argumental más que notable nos habla del espíritu de una época.