Con vuestro permiso voy a comentar el tomo de las dominicales de Manning que estoy disfrutado.
En primer lugar destacar la restauración hecha por Manuel Caldas, que no por conocida es menos destacable. La línea de tinta se aprecia de forma nítida y el color es claro y perfecto, lejos de estar apagado, amarillento o subido de tono.
Conocía las tiras diarias de Manning, pero las dominicales le permiten desarrollar un trabajo con mayor lucimiento. Su dibujo es naturalista y muy dinámico con una narración directa, clara y espectacular cuando es preciso, como por ejemplo en la escena de lucha con los cocodrilos.
En cuanto al tono del cómic, señalar que este Tarzán asienta sus raíces de lleno en el mundo de las novelas de Burroughs y ya desde el comienzo tenemos una visión de ese África de fantasía con su fauna y civilizaciones perdidas (hombres hormiga, dioses egipcios vivos...).
Por último, me gustaría comentar la primera dominical.
Esta es una página de presentación en sentido estricto. Es significativo que de las 9 viñetas que la componen en 7 la figura de Tarzán es la protagonista y sólo no aparece en una. Shocked
Nos presenta a Tarzán como el verdadero "Señor" de la selva, tanto por su control del espacio (su figura está en continuo movimiento, desplazandose a placer por la jungla), como por el icónico (argumentalmente totalmente anecdótico) enfrentamiento con una pareja de leones (que en el imaginario colectivo ostentan el título de "reyes de la jungla").
Reina sobre las bestias, pero además es un rey magnánimo, cuya primera opción es la de no matar a los animales (significativamente es la hembra la que es perdonada), que protege a aquellos que se internan indefensos en su reino y necesitan de su guía para sobrevivir; es poderoso, pues con sólo sus manos y un pequeño cuchillo acaba fácilmente con su poderoso contrincante (el león macho), despertando la admiración de aquellos que contemplan sus proezas.
Es un hombre, pero no un hombre cualquiera, en la primera viñeta se nos recuerda que es un “hombre-mono” y que tiene una especial relación con su pueblo adoptivo. Lo hace de forma sutil, a través del uso del lenguaje propio (algo que nunca estuvo en el Tarzán cinematográfico) y como utiliza sus sentidos “más animales”, en este caso el olfato, para detectar a los dos grupos de antagonistas. A sí mismo, observamos que no camina por el suelo, sino que se desplaza balanceándose entre los árboles por medio de lianas. Por último, es un rey orgulloso, su contestación es desafiante y su postura de brazos cruzados muestra su desagrado por el comentario despectivo.
Sin embargo, no es un mero animal ni un salvaje ignorante. Es un hombre de nuestro tiempo, que domina los dos mundos. En la última viñeta se muestra capaz de resolver un problema “tecnológico” que supera a los representantes del mundo “civilizado”.
Esta primera dominical también sirve para caracterizar a los dos protagonistas de esta primera aventura. La mujer se muestra más proactiva que el hombre: la vemos intentando reparar el motor y mientras ella habla del problema y de cómo intenta solucionarlo, el hombre se encuentra dibujado en un segundo plano, y sus reacciones son de incredulidad y de desprecio por Tarzán. Es interesante observar que al hablar Marlene titubea, lo que parece sugerir que Tarzán la ha impresionado, a pesar de lo cual su rostro muestra serenidad y seguridad en ella misma.
La plancha dominical le permite llevar a cabo una presentación mucho más elaborada que la presentada en el inició de las tiras diarias, donde también lo mostró amenazado por un león.
Cuando era niño me di cuenta de que me faltaba en la mano la línea de la fortuna. Entonces cogí la navaja de afeitar de mi padre, y ¡zas!… me hice una a mi gusto.