


En efecto, ese es Nik, chicos. Y como bien apuntó Milrayos, ningún dibujante argentino lo quiere. Quino y otros lo han denunciado públicamente, incluso. Es más, dice la leyenda urbana que si sos humorista gráfico y vas a ver a Nik para "buscar una punta" en algún diario o revista, él te dirá que no servís para nada. Y mientras tanto, te estará robando ideas de las muestras que le llevaste. Quedan todos avisados...